Escher y  Magritte

 

 

 

M.C. Escher, "Superficie ondulada" (1950). Observa cómo el cambio de dirección de las líneas crea la percepción de agitación de la superficie (ondas).

 

 

 

M.C. Escher, "Orden y caos" (1950). Un icosaedro estrellado en una esfera gana en profundidad perceptiva al rodearse y reflejar objetos más cotidianos.

 

 

 

M.C. Escher, "Mano con esfera reflectora" (1935). Este grabado es fascinante. Todo lo que rodea a la esfera (y por tanto fuera del cuadro) está contenido en la esfera (y por tanto dentro del cuadro).

 

 

 

M.C. Escher, "Tres esferas I" (1945). Una demostración de cómo la deformación lineal produce la percepción de deformación de una superficie dentro de un espacio tridimensional.

 

 

 

M.C. Escher, "Tres esferas II" (1946). Observa que la esfera central refleja también las esferas laterales, la imagen de Escher y LA IMAGEN DEL PROPIO CUADRO QUE LAS CONTIENE.

 

 

 

 

M.C. Escher, "Naturaleza muerta con esfera reflectora" (1934). Una obra más temprana que la anterior, sobre el mismo tema.

 

 

 

M.C. Escher, "Balcón" (1945). Una demostración de distorsión plana que percibimos como distorsión espacial.

 

 

 

 

M.C. Escher, "Banda de unión" (1956). Las esferas refuerzan la impresión de corporeidad, de tres dimensiones.

 

 

 

M.C. Escher, "Gota de rocío" (1948). Ni un sólo milímetro cuadrado de esta imagen sugiere algo "plano".

 

M.C. Escher, "Serpientes" (1969). Esta fue la última obra de Escher. La distorsión de las imágenes planas pueden sugerir no sólo la tridimensionalidad, sino también el infinito.

 

 

 

 

Renè Magritte, "La pipa". El propio cuadro dice "esto no es una pipa" (ya que es un dibujo) provocando la distorsión de la asociación imagen-objeto.

 

 

 

 

 

Renè Magritte, "Perspicacia". Aquí se distorsiona la asociación entre el modelo y su retrato, a través de un salto imaginario en el tiempo.

home